Planta segunda

Planta segunda.

Dedicada al lino y la seda a través del ajuar casero de los ritos de tránsito (nacimiento, bautizo, boda, casamiento, muerte) y a las artes textiles eruditas de seda en la indumentaria cortesana y los encajes de oro y plata en ornamentos sagrados.

SALA III: Se distribuye en torno al lino y al ajuar casero. Se muestra la variedad y la perfección de las técnicas empleadas y la enorme imaginación creativa de la mujer cacereña, que logró elevar este tipo de trabajo a categoría de obra de arte.

La mujer cacereña bordaba su ajuar novial para su vida de casada: toallas, paños, barberas, cobertores, colchas, juegos de cama, camisas noviales y galanas, enaguas, camisones y gorgueras. Era costumbre que la novia le entregara a su prometido la barbera, el chiquinu y la camisa novial para que la estrenara el día de la boda. También existían el ajuar de cada rito de tránsito -nacimiento, boda, muerte- que contaban cada uno con sus paños característicos, profusamente decorados con motivos simbólicos referentes a cada momento.

Un lugar importante ocupa la colección de Encajes. De aguja (soles del Casar, ganchillo, a punto de media, encaje de malla o el denominado frivolité, realizados con una lanzadera; De bolillos, utilizando palillos sobre una almohada, habituales en la Sierra de Gata y, sobre todo, en Acebo; el Anudado, como el macramé, propio de los flecos para rematar las toallas y paños de mano.

                         

 

SALA IV: En esta sala se pueden contemplar los Tejidos de seda, bordados y encajes en plata y oro que fueron la base de la indumentaria cortesana y de los ornamentos sagrados. Piezas de enorme calidad artística que destacan por representar la clase noble, real y eclesiástica a través de las riquezas de la indumentaria y la ornamentación textil. Prendas de hilo fino, damasco, brocado y raso; terciopelo o encajes de oro y plata que no fueron realizados por ni para el pueblo, sino en talleres profesionales o conventuales. Entre lo cortesano, destaca la Camisa de mujer de la corte castellana del siglo XVI. Dentro de la magnífica colección de encajes que conserva el Museo, sobresale la mantilla de encaje granadino que representa la Rendición de Granada, magnífico ejemplar que copia el cuadro de Pradilla, actualmente en el Palacio de Congresos de Madrid y fechado hacia 1882. Entre lo religioso, sin lugar a dudas, los fragmentos del pontifical de Fernando VI, encargado por este monarca al bordador real Antonio Gómez de los Ríos y fechado a finales del siglo XVIII. El bordado, polícromo y realizado en oro, aljófar y perlas, es totalmente barroco y de una ejecución admirable en cuanto al realismo que confiere a las escenas del Antiguo Testamento representadas.