El Museo Guayasamín se ubica dentro del recinto de la Casa Pedrilla en lo que fue uno de los antiguos molinos de la Ribera del Arroyo del Marco. Rehabilitado en 1994, el edificio se constituye desde 1995 como una extensión de la Fundación Guayasamín, creada en Quito en 1976.
El pintor Oswaldo Guayasamín (1919-1999) fue sin duda el último gran pintor latinoamericano del siglo XX. Su arte se caracteriza por una pintura muy expresionista que pretende denunciar el sufrimiento de los pueblos por las situaciones de violencia producidas por el hombre. Es por tanto una pintura de carácter social y de vocación universalista, lo que explica ese afán por llegar desde Ecuador a otras partes del mundo y de ahí que la Fundación tenga sedes en Cuba, Chile, Puerto Rico y República Dominica, siendo la de Cáceres la primera que se inicia en Europa.
Su pintura es en sus propias palabras “para herir, para arañar y golpear el corazón de la gente. Para mostrar lo que hace el Hombre en contra del Hombre”. Imágenes que tratan por tanto de provocar en el espectador sentimientos de angustia y malestar extremos, y lo consigue mediante el uso de la deformidad de los cuerpos, la angularidad de las caras y miembros, y la expresión desencajada de los rostros. Las superficies rugosas, áridas, requebrajadas… y el color vibrante, está muy en consonancia estilística mente con el expresionismo alemán y con el trabajo de los Fauves en Francia.
El Museo Guayasamín acoge una interesante selección de obras del artista que recorren cada una de las tres grandes series en las puede dividirse su producción pictórica: Huacayñán, La edad de la Ira y La edad de la Ternura.
Junto a la obra del artista ecuatoriano, puede visitarse también una importante colección de piezas de arqueología y arte prehispano colonial de Ecuador, que son fruto del afán coleccionista de Oswaldo Guayasamín y de su interés por poner en valor el legado cultural de su tierra.