Planta Primera.
Dedicada al proceso de manufactura del lino y la lana y la utilización de las piezas resultantes en la vida cotidiana y el traje popular.
La provincia de Cáceres, antes de la Revolución Industrial, era conocida por sus manufacturas textiles: Torrejoncillo, Casatejada, Hervás, Torremocha y Peraleda destacaban en el trabajo de la lana, mientras que La Vera, Plasencia, Serradilla, Alía y Berzocana destacaban por el trabajo del lino.
SALA I: El proceso textil se pone de manifiesto en esta sala a través de sus útiles más representativos -mazas, cardadoras, ruecas, husos, devanaderas, telar,- y en los resultados como las mantas, alforjas, costales, tapijos, chambras,etc. También se muestran aquellos útiles utilizados en tareas agrícolas y ganaderas, como los aperos de labranza para el cultivo de cereales y forraje -guadañas, hoces, palas, horcas, etc,- y los de la transformación del cereal en pan y dulces (bregadora, sellos de pan, pestiñera). La vida pastoril se refleja en piezas que se muestran como las camisolas, zurrón, cayao, zahones, dediles, merenderas, etc.
Al final de la sala se expone la «cama de vistas» (para mostrar el ajuar antes de la boda), muy tradicional en la provincia de Cáceres, especialmente en Montehermoso. La cama, vestida con mantas picadas y ricos frontales que, junto con arcas noviales y baúles, la alfombra y la cuna de corcho, recrea un espacio especial en el ámbito doméstico. Se suma a ello las representaciones de la cerámica de Talavera, Puente del Arzobispo y Alcora, así como de la Cartuja de Miraflores, que cierran esta sala expositiva.
sala I
sala I
SALA II: Se dedica a la indumentaria típica cacereña. Se muestran los trajes de Montehermoso, Cabezabellosa, Torrejoncillo y Malpartida de Plasencia, como buena muestra de la personalidad y diversidad de los trajes tradicionales de la provincia. Piezas textiles que forman el traje que se pueden ver en esta sala: Dentro del femenino, se muestran faldas -mantilla, guardapiés, saya o refajo- de distinta hechuras y decoraciones, jubones, faldriqueras, cintas sígueme pollo, delantales. Los grandes pañuelos – de gajos, de cien colores, de tres cenefas, de ocho puntas o de palma- los mantones de Manila y esclavina o dengue para el talle. Para la cabeza, un pañuelo estampado y colorista, la ceremonial cobija de terciopelo negro o la gorra de centeno, para el trabajo en el campo, que sólo ha perdurado en Montehermoso. De plata sobredorada de Torrejoncillo y Ceclavín, es el aderezo formado por el collar de cuentas esféricas con colgante –pingayo, tembladera, galápago, venera– y los pendientes: zarcillos, verguetas, chozos, arracadas. Del traje masculino: camisa de lino blanco, calzón, chaleco y chaqueta de paño negro, faja de paño fino, pañuelos de algodón y limosneras. Para atar el calzón, chías y alzapones de seda verde o morada. Medias blancas y coloristas botas de cuero. Para la cabeza sombreros de fieltro y formas distintas (chambergo, calañés, Pedro Bernardo, cordobés …) según la zona.
Sala II
Sala II
Sala II